De acuerdo al DSM-IV (cuarta edición del Manual   Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la American   Psychiatric Association) la característica esencial de la enuresis es la   emisión repetida de orina durante el día o la noche en la cama o en la   ropa. Puede ser involuntaria o intencionada. Según el Manual, para   establecer un diagnóstico de enuresis la emisión de orina debe ocurrir   por lo menos dos veces por semana durante un mínimo de 3 meses, o bien   debe provocar malestar clínicamente significativo o deterioro social,   académico o de otras áreas importantes de la actividad del sujeto. El   niño debe haber alcanzado una edad en la que es esperable la continencia   (por lo menos de 5 años), dicha incontinencia no se debe  exclusivamente  a los efectos fisiológicos directos de una sustancia  (por ej.:  diurético), ni a una enfermedad médica.
Existen diferentes subtipos de enuresis:
-Nocturna: emisión de orina sólo durante el sueño nocturno (es el subtipo más frecuente). El episodio enurético ocurre típicamente durante el primer tercio de la noche. Ocasionalmente, la emisión tiene lugar durante el período de movimientos oculares rápidos (REM) del sueño y el niño puede recordar un sueño que implicaba el acto de orinar.
-Diurna: emisión de orina sólo durante las horas de vigilia. La enuresis diurna es más frecuente en niñas que en varones y es poco frecuente tras los 9 años de edad. El episodio enurético suele sobrevenir, en la mayor parte de los casos, a primeras horas de la tarde en los días escolares.
-Nocturna y Diurna: combinación de los dos subtipos anteriores.
Varios son los factores que pueden predisponer al niño a padecer la enuresis: problemas orgánicos (que deben ser descartados por un profesional médico previo a la consulta psicológica), problemas emocionales (situaciones traumáticas o estresantes que haya vivenciado el niño), dificultad en iniciar el hábito (problemas en la enseñanza y en la adquisición del hábito), factores familiares (familias con varias generaciones que padecen del mismo trastorno), entre otros.
Si bien las causas de la enuresis son muy variadas, es aconsejable realizar un seguimiento del síntoma a fin de poder iniciar, en caso necesario, un tratamiento a tiempo. Es importante tener en cuenta que, previo a cualquier consulta psicológica, se debe concurrir a la consulta médica a fin de poder descartar orígenes orgánicos o fisiológicos del síntoma enurético.
Cabe recordar que, tanto la encopresis como la enuresis, son sintomatologías incómodas y agobiantes para la familia y para el niño mismo (los niños pueden sentir vergüenza y experimentar baja autoestima en estas circunstancias). De modo que castigar o sermonear al niño no aliviará el síntoma, sino todo lo contrario, muchas veces el cuadro puede empeorar. Acompañar, comprender y tranquilizar al niño mientras se realicen consultas a profesionales, será un modo óptimo de ayudarlos a atravesar estos momentos difíciles.
Existen diferentes subtipos de enuresis:
-Nocturna: emisión de orina sólo durante el sueño nocturno (es el subtipo más frecuente). El episodio enurético ocurre típicamente durante el primer tercio de la noche. Ocasionalmente, la emisión tiene lugar durante el período de movimientos oculares rápidos (REM) del sueño y el niño puede recordar un sueño que implicaba el acto de orinar.
-Diurna: emisión de orina sólo durante las horas de vigilia. La enuresis diurna es más frecuente en niñas que en varones y es poco frecuente tras los 9 años de edad. El episodio enurético suele sobrevenir, en la mayor parte de los casos, a primeras horas de la tarde en los días escolares.
-Nocturna y Diurna: combinación de los dos subtipos anteriores.
Varios son los factores que pueden predisponer al niño a padecer la enuresis: problemas orgánicos (que deben ser descartados por un profesional médico previo a la consulta psicológica), problemas emocionales (situaciones traumáticas o estresantes que haya vivenciado el niño), dificultad en iniciar el hábito (problemas en la enseñanza y en la adquisición del hábito), factores familiares (familias con varias generaciones que padecen del mismo trastorno), entre otros.
Si bien las causas de la enuresis son muy variadas, es aconsejable realizar un seguimiento del síntoma a fin de poder iniciar, en caso necesario, un tratamiento a tiempo. Es importante tener en cuenta que, previo a cualquier consulta psicológica, se debe concurrir a la consulta médica a fin de poder descartar orígenes orgánicos o fisiológicos del síntoma enurético.
Cabe recordar que, tanto la encopresis como la enuresis, son sintomatologías incómodas y agobiantes para la familia y para el niño mismo (los niños pueden sentir vergüenza y experimentar baja autoestima en estas circunstancias). De modo que castigar o sermonear al niño no aliviará el síntoma, sino todo lo contrario, muchas veces el cuadro puede empeorar. Acompañar, comprender y tranquilizar al niño mientras se realicen consultas a profesionales, será un modo óptimo de ayudarlos a atravesar estos momentos difíciles.
Lic. Peichi Su