Los Trastornos Generalizados del Desarrollo (conocidos como TGD) se caracterizan por presentar una grave y generalizada perturbación que abarca múltiples áreas del desarrollo del niño. En estos trastornos se encuentran afectadas tanto las habilidades para la interacción social como las habilidades de la comunicación y se observa en el niño la presencia de comportamientos, intereses y actividades esterotipados.
Dichas alteraciones cualitativas deben ser significativamente impropias para el nivel de desarrollo y la edad mental del niño para poder diagnosticarlas como TGD.
Los TGD suelen manifestarse durante los primeros años de la vida.
Los cinco subtipos de trastornos que conforman los TGD son:
- Trastorno Autista
- Trastorno de Rett
- Trastorno Desintegrativo Infantil
- Trastorno de Asperger
- Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
Características(*):
Trastorno Autista: las características esenciales del trastorno autista son la presencia de un desarrollo marcadamente anormal o deficiente de la interacción y comunicación sociales y un repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Los niños con trastorno autista suelen contar con patrones de comportamiento, intereses y actividades repetitivos y estereotipados. La alteración se manifiesta antes de los 3 años de edad.
Trastorno de Rett: la característica esencial del trastorno de Rett es el desarrollo de múltiples déficit específicos tras un período de funcionamiento normal después del nacimiento. Los niños presentan un período prenatal y perinatal aparentemente normal con un desarrollo psicomotor normal durante los primeros 5 meses de vida. Entre los 5 y los 48 meses de edad el crecimiento craneal se desacelera; y entre los 5 y 30 meses de edad se produce una pérdida de habilidades manuales intencionales previamente adquiridas. Con el inicio del trastorno se comienza a disminuir el interés por el ambiente social, y aparecen alteraciones graves en el desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo, con retraso psicomotor grave.
Trastorno Desintegrativo Infantil: su característica esencial es una marcada regresión en múltiples áreas de actividad tras un período de por lo menos 2 años de desarrollo aparentemente normal. Tras los primeros 2 años de vida, pero antes de los 10 años de edad, el niño experimenta una pérdida clínicamente significativa de habilidades adquiridas anteriormente, por ejemplo, alteraciones en el lenguaje expresivo o receptivo, habilidades sociales o comportamiento adaptativo, control vesical o intestinal, juego o habilidades motoras.
Trastorno de Asperger: las características esenciales del trastorno de Asperger son una alteración grave y persistente de la interacción social y el desarrollo de patrones del comportamiento, intereses y actividades restrictivas y repetitivas. Asimismo, aparece un deterioro clínicamente significativo en lo social y laboral. En contraste con el trastorno autista, no existen retrasos del lenguaje clínicamente significativos.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado: se refiere al trastorno en el cual se presenta una alteración grave y generalizada del desarrollo de la interacción social recíproca o de las habilidades de comunicación no verbal, o cuando hay comportamientos, intereses y actividades estereotipados, pero que no cumplen los criterios de un trastorno generalizado del desarrollo específico.
- Si bien cada trastorno presenta características diferentes, es muy importante tener en cuenta que estos criterios deben ser evaluados y diagnosticados por profesionales de la salud mental. Ya que un mal diagnóstico, o sobrediagnóstico, puede llevar a abordar inadecuadamente el cuadro produciendo efectos iatrogénicos y consecuencias desfavorables para el niño. Un diagnóstico equivocado puede incluso inhibir y frenar los potenciales y recursos de un niño que necesitan ser desarrollados a través de una ayuda terapéutica.
Lic. Peichi Su